La hidria es una jarra de cerámica con tres asas que servía en la Antigua Grecia para facilitar la recogida de agua en la fuente, su transporte y posteriormente su vertido.
La hidria tiene un gran cuerpo con forma ovoide para contener el líquido y un cuello alto con gran boca circular que se utiliza para recoger el agua y verterla.
Pero lo más característico de la hidria son sus tres asas: un asa vertical, que une la boca al cuerpo y es ideal para sujetar la jarra inclinada, y dos asas horizontales, para transportar la jarra con las dos manos en trayectos cortos.
A la función de la hidria se une la belleza de su decoración, tanto por el dominio de las figuras negras como como por las composiciones artísticas que se representan.
Ven a conocer la espectacular colección de hidrias y cerámica griega del Museo Arqueológico Nacional de la mano de la experta Isabel Ramos, en “EL ORIGEN DE LA CERÁMICA EN EL MUSEO ARQUEOLÓGICO”.